Tomás de Aquino se refiere a varios
sentidos de la verdad, veámoslos pues la proposición poliana sobre la verdad antropológica trascendental se puede encuadrar en
el tercer sentido tomista:
a) El primer sentido es aquél según
el cual la verdad tiene su fundamento en el ser de las cosas: verum in esse
fundatur, esse causat veritatem intellectus;
Se trata de la verdad que está en las cosas: las
cosas, en cuanto que pueden ser conocidas, se llaman verdaderas. Es lo que se
conoce como verdad ontológica.
b) El segundo sentido es la verdad
en el entendimiento, como adecuación,
es la verdad formalmente considerada.
Se
trata de la verdad como adecuación de la mente con la
realidad. Aquí la verdad se toma en tanto que
está en nuestro conocimiento. Si lo que conocemos es en la realidad tal como lo
conocemos, poseemos la verdad de lo conocido.
c) El tercer sentido, al que Tomás
denomina efecto consecuente, es la
verdad como manifestación o locución.
Se trata de la verdad contenida
en nuestras palabras, es decir, la adecuación entre lo que decimos y lo que
pensamos. A esta verdad se opone la mentira.
Agustín de Hipona define la verdad
como id quod est. Tomás de Aquino no
está de acuerdo con él pues considera que el ser es el principio de la verdad,
pero no es la verdad.
La verdad formalmente considerada, para
Tomás de Aquino tiene estatuto lógico (su segundo sentido).
El ser no es la verdad, sino su
causa. La verdad como tal, está en el entendimiento.
Pero después de eso, Tomás de Aquino
dice que el entendimiento da un paso más
y manifiesta la verdad: es la locutio intellectus. (Su tercer sentido).
Si se me ha entendido, dice
Polo, se comprenderá que la verdad como trascendental antropológico establece
como sentido eminente de la verdad este último, en tanto que expresivo de la verdad
encontrada.
Correlativamente, en lugar de
llamarla, como Tomás, efecto consecuente, Polo habla de inspiración.
La proposición poliana sobre la verdad
antropológica, trascendental personal, es un inteligir que "encuentra su
verdad", que le inspira,
y podemos asimilarlo al tercer sentido tomista de la verdad.
Para saber más leer: Polo, "La verdad
como inspiración", en La persona humana y su crecimiento, pp. 197-206
.
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