Sigo en mi respuesta las apreciaciones de Juan
Fernando Sellés en su libro sobre la persona humana, publicado en la
universidad de la Sabana en 1998.
La más alta averiguación
filosófica medieval es la distinción real entre esencia y acto de ser en la
realidad creada.
Por "esencia"
entienden el modo de ser de cada realidad, su forma de ser o su composición
real.
Por "acto de ser"
entienden el fundamento de toda realidad, aquel principio que hace ser a
las realidades.
Las diversas realidades no
se reducen al ser, sino que son tal o cual (esto es la esencia) realidad, de
tal o cual índole (la índole es la esencia).
En Dios Ser y esencia
coinciden.
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En
antropología hay que esclarecer mejor esta distinción.
¿Qué es en el hombre del
ámbito de su esencia?
¿Qué es en el hombre del
ámbito de su ser?
G. Marcel capta esa
dualidad y la formula con sus nociones de « tener » y
« ser ».
La propuesta poliana en
antropología, muy bien enseñada por Sellés, es, sin embargo, tripartita pues
distingue tres ámbitos.
Al ámbito del tener « recibido » pertenece la naturaleza humana (el cuerpo, las
facultades, las tendencias, etc.).
Al ámbito
del tener « adquirido » pertenece la esencia humana (que es el
perfeccionamiento de la naturaleza humana; es el crecimiento que la persona
consigue libremente). La esencia del hombre es incrementable indefinidamente:
noción de hábito y de virtud.
El ámbito
del ser « recibido » es la persona. Ser que no está clausurado, pues
puede ser más. (Puede dar, es dar).
No es la persona, pues, la que "tiene". Es la naturaleza la
que posee, al estar esencializada por la persona.
Es la naturaleza humana la
que puede poseer a tres niveles.
La persona es
"además", se añade…, es humilde.
En el artículo de Polo, "Tener
y Dar", explica cómo Cornelio Fabro habla del acto de ser como intensivo.
Pero Polo considera que la que es intensiva es la naturaleza humana.
El hombre es caracterizado
por Aristóteles como el ser que « tiene ».
Es correcto, pero
estrictamente es la naturaleza humana la que posee y a tres niveles : a)
según el cuerpo : es el tener práctico ; b) según la razón ; c)
según los hábitos. De tal manera que la esencia humana es el « disponer
indisponible ».
El hombre posee según su
naturaleza. La persona no co-existe con su naturaleza, ni la posee.
La persona es
« además ».
Es el « co » del
co-existir.
Ahora bien, según su
naturaleza, la persona dispone y posee lo que Dios le da, según lo que
libremente acepta y dispone. Co-existe con el mundo, con los demás y con Dios.
El acto de ser dispone, manifiesta, ilumina, aporta,
con la esencia, pero no dispone de la esencia. La esencia es el disponer
indisponible.
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