El hombre es un ser capaz de crecimiento irrestricto,
un ser que nunca acaba de crecer.
El crecimiento orgánico se acaba. La formación de los
circuitos neuronales también. Pero el hombre en cuanto tal (su esencia, su vida,
su manifestación, su disponer) es capaz de crecer sin coto.
El hombre se perfecciona haciendo crecer su vida
buena, es decir, comportándose éticamente : otorgando bienes, según el orden
del amor (ir a etiqueta 6.2.4 Preguntas sobre la felicidad. Allí se describe el
ordo amoris).
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