Ser persona es albergar en sí novedades.
(La estricta novedad es Dios).
Ser persona es ser réplica de Dios.
La Sabiduría (el Hijo de Dios) es Persona en Dios.
El Amor (el Espíritu Santo) es Persona en Dios.
La sabiduría humana sabe que somos "además"
de Dios.
La sabiduría humana, sin embargo, no es persona, pues
no es estricta novedad, sino conocimiento de que albergaremos siempre
novedades. Estamos abiertos por dentro.
La réplica de la que la persona humana es novedad no
se encuentra en su interior, sino en Dios. Más íntimo a nosotros que nosotros
mismos. La alcanzaremos (futuro indesfuturizable) en la medida en que viajemos
hacia dentro.
La persona, al acoger cabe sí a las novedades de Dios,
le da gloria.
Ser persona es dar gloria a Dios.
Ser persona es dar.
Ser persona es el ser suficientemente distinto para
albergar y dar a Dios. Es libre.
No le falta nada para hablarse de tú con Dios.
Agradezco
a don Ignacio Falgueras el que me enseñara que, en Jesucristo, hay dos actos de
ser, el ser Hijo de Dios y su acto de ser en cuanto Hombre, que no es persona,
al no ser estricta novedad.
Sin
embargo, y siguiendo una sugerencia de Polo, pienso que el acto de ser humano
no es otra cosa que la esencialización de su Humanidad por el Verbo. Acto de
ser no creado, sino asumido eternamente.
Para saber más:
Etiqueta 1.0.2
dar trascendental
Etiqueta 5.0.0 la persona humana
Etiqueta
2.14.0 sabiduría
.
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