La libertad no es
analógica, pero la noción de libertad sí se puede considerar analógicamente.
La libertad en Dios es
su eternidad.
He encontrado una
sabrosa indicación en un texto de Falgueras en el que dice que la libertad
divina es sin precedentes.
La libertad y el dar
humanos son condicionales, es una añadirse, nuevo, pero sin ser pura novedad,
pues acompaña.
El dar divino innova
puramente. No está condicionado. Hace surgir de la nada.
La creación no es una
"posibilidad" en Dios, que escoge una entre otras posibilidades. Dios
no pierde posibilidades. En Dios todo es sí, todo es positivo.
La libertad en Dios es
incondicional.
La libertad en el
hombre es condicional. Se añade.
La libertad en el
hombre es dual.
En tanto que hijo de
Dios, su libertad es la capacidad de respuesta amorosa a la llamada, respuesta
nueva, novedad, que llamaremos entrega. (No olvidemos que Dios es Dar).
La libertad del hijo es
la libertad de poder destinarse, si quiere, a Dios.
Pero esa libertad se
ejerce en una serie de condicionamientos.
En el tiempo, el hombre
debe conseguir, haciéndolo crecer, el don que entregará a Dios, su vida.
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