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En esta vida, la persona humana es, radicalmente, dual.
Y lo es también según el
amar donal (cuyo miembro superior es aceptar y cuyo miembro secundario es dar).
En el Cielo, la persona
humana será triádica, al entrar en comunión plena con Dios, viéndole cara a
cara, conociéndose, como Dios la conoce.
En esta vida rigen dos
estructuras donales.
Primera: aceptar el actus essendi dado por Dios.
Segunda: dar a Dios el don esencial esperando su Aceptación.
Pero cuando Dios Acepta
definitivamente (en el Juicio) el don esencial de la persona humana, regirá la
estructura donal tercera (la Salvación), cuyo anticipo es la gracia
santificante.
En esta vida, la persona humana es, radicalmente, dual.
Primera: aceptar el actus essendi dado por Dios.
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