Es una prolongación de la doctrina tomista sobre la
libertad, yendo más allá de una pura y
escueta interpretación "predicamental" de la libertad.
Lo que Polo propone es enraizar la libertad en la
persona o ser personal.
La persona conoce que es libre al darse cuenta de que
posee dominio sobre sus actos y que es ella, la persona la que origina los
actos que pone o deja de establecer.
Polo dice por ejemplo en "Las organizaciones primarias…"
p. 126: El fondo del hombre domina todas las decisiones particulares genuinas
que se pueden tomar, y se abre paso.
La libertad se extiende a las manifestaciones humanas,
pero en la raíz, la persona es libertad, novedad estricta. Podemos hablar de la
libertad como persona o de la persona en tanto que libertad.
Inspirado
en Angel Luis González, Ser personal y libertad. Anuario filosófico, n.
97, p. 93
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