No.
La conciencia es una iluminación secundaria.
Somos libres sin darnos cuenta.
Incluso la vivencia de la libertad puede ser muy
frívola.
Max Scheler pone el ejemplo de la jovencita sana y
rica. Se levanta por la mañana, todo lo ve de color de rosa, sale a la calle y
prevé un amplio abanico de posibilidades a su alcance; entonces dice: - ¡qué
libre soy!
Scheler sostiene que esa señorita se engaña: no sabe
por qué actúa.
Ante nuestra conciencia aparece la posibilidad de
optar, pero no la razón por la que optamos, el motivo. ¡Y si el motivo fuese
necesario y oculto a la conciencia! Pues en el fondo seríamos una marioneta.
No toda la libertad aparece ante nuestra conciencia.
La libertad de nuestro ser queda a oscuras.
No hay que confundir el sentimiento eufórico de
nuestra libertad con la verdadera libertad.
La verdadera libertad es un sobrar.
De
esto habla Polo en el último capítulo de "Quién es el hombre" p. 219,
2.
Para
saber más sobre la libertad
Etiqueta
1.1.2 libertad
Etiqueta
1.1.2 naturaleza y libertad
Etiqueta
5.5.4 libertad personal o trascendental
Etiqueta
5.5.4 libertad nativa
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5.5.4 libertad de destinación.
Etiqueta
6.1.5 libertad esencial o de
disposición
Etiqueta
6.8.0 metalógica de la libertad
.
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