El acto de conocer es
real, pero no como una cosa en sí.
El acto de conocer, la
mente en cuanto está en acto, no es "en sí", no es una substancia o
un accidente aristotélico.
El acto de conocer (que
es enérgeia en terminología de Aristóteles) es un sentido del acto
distinto del sentido del acto de la realidad en sí. Es un nuevo sentido del
acto que Aristóteles encontró muy joven.
La realidad "en
sí" es otro sentido del acto, distinto del acto de conocer. La realidad
"en sí" es lo que en griego se llama ousía (substancia); se
puede hablar de substancia en acto, y esto significa enteléchéia en el lenguaje
del Filósofo.
Si el conocimiento fuera
substancia, sería un acto incomunicado. Detenido.
Por tanto, tiene que
haber un sentido del acto que no sea substancia (y tampoco accidente).
De ninguna manera se
puede admitir que el acto de conocer sea incomunicado.
No somos sólo células
organizadas y vivas. Somos seres abiertos por dentro, y por fuera.
Capaces de comunicar.
Y no monolitos "en
sí".
Glosa a Polo en Introducción a la Filosofía, p.70.3
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