No.
Energéia es un sentido aristotélico (ver etiqueta
20.4.3) del acto que no es “en sí”, como la substancia. Energéia es acto ejercido, inmanente,
ejerciéndose, no acto “acabado”.
Cuando vemos, estamos
viendo.
Tampoco la energéia
es accidente. No es algo acabado que existe en un “en sí”. La energéia no
está “acabada”, al vivir seguimos viviendo, es acto ejercido, ejerciéndose.
Substancia-accidente es
un par que sirve para entender a los entes físicos no vivos. Si se aplica este
par al viviente, se dificulta comprender el acto inmanente que existe en la
unidad de su vida. Imbricado en su ser.
Respirar no es ser un
volcán.
Respira el ser vivo. El
volcán sólo está vivo en nuestro pensamiento, metafóricamente, no en la
realidad.
Si reservamos la noción
de substancia y accidente a los seres no vivos, es decir, a la física, se
entiende que ver, oír, entender, vivir, no son accidentes, sino actos del ser
vivo, no actos en el sentido físico (entelechéia) sino actos inmanentes
(energéia) integrados en la unidad de la vida.
No es lo mismo estar
amarillo (porque estoy enfermo del hígado), que es un accidente del cuerpo (entelechéia),
que pintarme de amarillo, que es un acto del que somos dueños, incorporado a su
ser, por la mujer o el hombre que han decidido amarillearse.
Aunque físicamente el
amarillo es accidente. Amarillearme es energéia, mientras que estar
amarillo es entelechéia. Son dos actos distintos en la misma realidad
física.
Glosa a Polo en Introducción a la Filosofía, p.71.4
.
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