La posibilidad de las criaturas espirituales es la
libertad trascendental en tanto que creada.
Y no es otra cosa que
la no desfuturización del futuro: siempre es posible, para la criatura
espiritual, ser más además.
Los seres
espirituales, para seguir siendo requieren el futuro, al igual que la zarza
ardiente que vio Moisés en el monte Horeb.
La libertad creada es
un acto de ser incoativo todavía más intenso que el acto de ser del universo
físico.
(Cuando decimos
"intenso" nos referimos precisamente a las posibilidades esenciales
de su despliegue o de su manifestación. El despliegue corresponde al universo
físico y la manifestación a la persona libre).
A la libertad
trascendental (libertad como ser) no le falta el futuro, no sólo para no dejar
de ser o persistir, sino para su intrínseco crecimiento (que no es otra cosa
que su esencia libre, su disponer).
Para saber más sobre la libertad trascendental
ir a la etiqueta 5.5.4 libertad personal.
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