El hábito de sabiduría se detendría si alcanzara a
conocerse definitivamente. Si llegara a conocerlo todo.
Esta detención se evita si nos atenemos a su dualidad.
Es decir, si no dejamos de considerar su dimensión
metódica y su dimensión temática.
El método es además y el tema es además. Es una luz
transparente.
La transparencia del intelecto personal es la
solidaridad entre sus dimensiones metódica y temática.
Veamos si me explico:
El método para conocerme es evitar pensar un objeto.
Debo pensar además del objeto. El método es además.
¿Y cuál es el tema que alcanzo?: un ser que es además,
que es inagotable.
El conocimiento es fuente que conoce la fuente. Luz
transparente.
Glosa
a Juan A. García González: Existencia personal y libertad. Anuario filosófico
nº 95. 2009, p. 350.3
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