Porque los entienden sólo como
"habilidades" que permiten conocer mejor los objetos. Serían
facilitadores de la buena comprensión de las especies expresas.
Los tomistas tienen preferencia por el
conocimiento objetivo.
Así, gracias a la facilidad que da el hábito
de sabiduría, sostienen que conocemos mejor a Dios, pues estamos acostumbrados
a considerar las cosas según sus causas más altas.
Según la propuesta de Polo, la temática del
hábito de los primeros principios y del hábito de sabiduría no es en modo
alguno "objetiva" (no se limita al conocimiento del objeto, sino que
va más allá del objeto, conoce lo superior al objeto. Por ejemplo, al ver una
piedra no sólo conocemos el objeto, la piedra, sino que, por el hábito de los
primeros principios podemos advertir la persistencia del ser, que hace que la
piedra sea).
A nivel esencial sí que es "objetiva"
la iluminación intencional.
Y los hábitos adquiridos iluminan las
operaciones.
Pero la sindéresis, que es el ápice de la
esencia, es una iluminación superior a la de los hábitos adquiridos y a la
iluminación intencional. Es un ver-yo y un querer-yo en dependencia estrecha de
la persona.
Los tomistas, siendo correctos, se quedan
cortos.
Glosa a
Antropología trascendental. I. La persona humana. p.154 nota 5
.
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