Primero: a los hábitos propios o
"innatos" al inteligir humano del acto de ser personal:
la sindéresis (6.2), el hábito de los primeros principios (3.2) y la sabiduría
(2.14). Son hábitos propios a toda persona humana.
Segundo: también son hábitos
superiores los hábitos infusos
"sobrenaturales",
que son elevaciones de las aperturas transcendentales, como anticipación del
encuentro definitivo con Dios, que redundan en la esencia: gracia santificante,
fe esperanza y caridad teologales. (5.16.2 para la gracia santificante y
12.17.0 para el resto)
Tercero: pienso yo, según la
sugerencia de Piá, que también son hábitos superiores las aperturas
transcendentales (hábitos infusos "naturales") : gracia inicial, fe inicial, esperanza
inicial y caridad inicial. (Las estudiaremos en las etiquetas 5.13.1 y 5.13.2)
No se deben
confundir los hábitos innatos con los hábitos infusos. Ambos son hábitos
superiores, pero unos son intelectuales, que nacen del intelecto y otros son
infusos (fruto de las llamadas de Dios a las personas "libres",
llamadas que pueden ser naturales o sobrenaturales)
A
esto se refiere también Juan A. García González en "Existencia personal y
libertad". Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 334.3
.
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