Los hábitos son importantes
para el entender humano, pero no para todo "entender".
La importancia de los
hábitos es debida a la inidentidad de la criatura. Siempre podemos conocer más.
El conocer humano se abre, se desdobla, en hábitos, que le permiten ir
conociendo más, darse cuenta, autotrascenderse, conocerse.
Los hábitos no son
importantes para el entender divino (porque Dios es Idéntico), ni tampoco para
el entender humano tras el lumen gloriae.
Una vez realizado el encuentro definitivo con Dios, no es tan importante el
"adquirir" el regalo a ofrecer a Dios, pues ya estamos en el
banquete. Nos dedicaremos a cantar y a jugar.
Para el entender humano los
hábitos son importantes ahora, tanto que
sólo gracias a ellos nos podemos conocer in
via. Crecer.
Pero la realidad del
"entender" no puede reducirse a los hábitos.
De esto habla Ignacio
Falgueras en Studia Poliana n. 2. 2000
p. 198
.
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