Llamamos hábitos "personales" a los que son
propios de la persona en cuanto persona.
Es decir, no en cuanto que son "adquiridos"
al ejercerse la potencia intelectual o al ejercerse la voluntad (virtudes),
sino que nacen de la persona en cuanto tal.
Por eso también los podemos llamar
"entitativos", por contradistinción a los "adquiridos", que
son "operativos".
También los podemos llamar "innatos".
Polo lo hace así para recalcar que su sede no es la
potencia, sino el intelecto personal (cuando se trata de hábitos
"cognoscitivos" superiores).
También los llama "nativos", porque nacen de
la persona (en cuanto que es persona y no en cuanto que se manifiesta
ejerciendo operaciones, que la visten con hábitos adquiridos).
Juan A. García dice que su denominación más propia es
hábitos "personales".
La persona es creada vestida. Es un quién y no una
cosa.
De
esto se habla en Juan A. García. La metalógica de la libertad… Studia Poliana
nº 10, 2008, p. 7.1
.
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