Sí, pero en correlación con el bien y la virtud.
Además, la correlación sistémica entre las tres dimensiones de la ética (normas, bienes y virtud) no se entiende si se pierde de vista que somos libres.
Las
leyes físicas, biológicas, psicológicas, no se pueden conculcar.La luz de la
inteligencia, sin embargo, no es luz física, es apertura (chispazo libre) en el
ámbito de la máxima amplitud.
Por
ser libres, conocemos, más o menos, conduciendo nuestra vida. Para conocer
inteligentemente hay que prestar atención, consentir en un bien, porque sabemos
que nos conviene (amor).
La
conciencia moral noes un imperativo categórico. Más que "haz el
bien", la luz de la sindéresis nos indica : "lo tuyo es hacer el
bien".
Somos
seres que tenemos en las manos nuestro propio existir. No estamos finalizados
por una determinación finita, sino que tendemos sin límite (actividad
irrrestricta: libertad).
El
nacimiento de la norma moral muestra que llevamos nuestro existir a cuestas. No
tenemos ninguna dotación previa según la cual podamos descansar en nuestro
acontecer temporal, como descansa un animal. O como descansa un astro. El astro
está reclinado en su órbita; el astro no hace nada de sí, si lo hiciera, podría
salirse de su órbita, pero el astro no es libre.
De esto habla Polo en
"Ética". Hacia una versión moderna de los temas clásicos. 2ª edición.
Unión Editorial. p. 64. 2-3
Para saber más:
sobre normas, bienes y
virtudes, ver etiqueta 9.1.4
sobre la distinción
hombre-animal, ver la etiqueta 4.6.1
sobre la conciencia
moral, ver la etiqueta 9.6.0
.
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