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Los hábitos.
En nuestro cuerpo la libertad (ver etiqueta 1.1.2) aparece cuando lo elevamos a ser instrumento de nuestro disponer.
Ejemplo: cuando el mendigo abre la mano para pedir limosna.
Es la libertad pragmática.
La mano es ahora hábito categorial.
En nuestra alma la libertad aparece cuando se van actualizando la inteligencia y la voluntad.
Ejemplo: me arrodillo porque quiero o te busco para conocerte mejor.
Es la libertad moral.
Mi voluntad ejerce ahora la virtud (hábito) de la humildad.
En la intimidad de la persona (en mi ser personal) la libertad no aparece, porque la persona es libertad trascendental.
Glosa a Juan A. García González : Existencia personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 338.4
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