39. El cuarto trascendental personal es el amar
donal. La persona humana no sólo tiene la capacidad de amar, sino que es amar: la actividad trascendental
personal es amorosa o no es personal.
40. El amar
personal es donal: dar es la actividad
trascendental por antonomasia. Es lo que quiere decir el carácter de además: efusividad, siempre ir a más, puro sobrar
sin consumarse, no agotarse nunca.
41. Toda la actividad donativa es triádica,
puesto que siempre la constituyen tres miembros: la persona que otorga el
regalo (el otorgar), la persona que lo acoge (el acoger) y el regalo (el don).
Los dos primeros miembros (el otorgar y el acoger) siempre son personales. El
tercer miembro (el don) es infra-trascendental y siempre
tiene cierta manifestación material, cuando la persona que regala es humana.
42. En la actividad
donativa trascendental (el amar donal)
los tres miembros de la estructura donal
son: la persona como dar, la persona como aceptar y el don.
43. La primera
tesis acerca del amar donal es ésta: aceptar no es menos que dar. En la
estructura donal de la persona humana el aceptar y el dar son trascendentales.
Lo primero en la persona humana es aceptar
al propio Creador, debido a su carácter de criatura: su ser es el regalo del
Dios personal.
44. La persona
humana no se limita a la actividad trascendental aceptante, a acoger dones. La persona humana es orientada a dar dones
propios. El hombre da dones a su Creador (en tanto que Él es Aceptación divina) a través de las
propias facultades esenciales: la persona
necesita de su esencia para completar la estructura donal. La persona vehicula el dar personal a través de su
esencia.
45. La segunda
tesis acerca del amar donal es ésta: el don humano no pertenece al orden
trascendental, sino que está en el nivel esencial. Dar dones
trascendentales significa crear, donar existencia, y lo hace sólo Dios. La
persona humana es capaz de dar dones esenciales, con lo que el dar humano tiene
siempre sentido de devolución: la
iniciativa donante primordial
arranca de Dios, y al hombre corresponde devolvérsela de acuerdo con su ser y
con su esencia.
46. El dar trascendental es dar sin perder, la
actividad superior al equilibrio de pérdidas y ganancias. El dar
trascendental puro es el Dar divino que da sin reservas ni pérdidas y con
ganancias. Las ganancias en Dios no son crecimiento, sino híper-crecimiento.
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