Cher Rafa,
El ser se dice de muchas
maneras:
Ser Idéntico, el Creador.
Seres inidénticos, las criaturas: ser personal humano y ser del universo físico.
"Caemos en la filosofía", al admirar el cielo estrellado.
Gracias al firmamento
podemos advertir el ser "sencillo" del universo físico.
Polo propone como método, el
abandono del límite mental. Al excluirlo
(1ª dimensión del abandono) advertimos el ser del universo.
Y al darnos cuenta de que no
cambia, de que está fuera del tiempo, sabemos que hay algo en nosotros que
también está fuera del tiempo. Somos capaces de verdad.
Al desaferrarnos del límite (3ª dimensión del método del abandono) alcanzamos
nuestro ser personal. Que no es "sencillo", como el ser del universo
físico, sino dual, abierto por dentro.
¿Nos topamos con la verdad?
No.
La verdad no está fuera de
mí, sino en el acto de conocer. No hay verdad sin cognoscente.
No es el ser de la cosa el
que suscita la verdad.
Es el ser de la persona
(cognoscente) quien ilumina la realidad, poseyendo intencionalmente,
aspectualmente, objetivamente, alguna dimensión de la realidad de la cosa.
La verdad de la cosa no está
en la cosa, sino en el cognoscente. La verdad de la cosa está en mi intencionalidad.
Nunca nos
"topamos" con el ser.
Siempre podemos pensar más.
Siempre podemos conocer mejor la cosa.
Ahora bien, hacia dentro, alcanzamos
nuestro ser personal como pura
transparencia.
¿Quiénes somos?
Nuestro ser personal aparece
como un "encargo" (es el cuento de Caperucita).
El desvelamiento de nuestro
ser personal es mi verdad personal. Nuestro destino. Se vive como enamoramiento.
Como un destinarse tras el primer encuentro. Como un canto.
Esperando el encuentro definitivo.
Que es más que toparse,
abrazarse.
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