Los vicios son los escombros
de la virtud.
La destrucción de la virtud
es comparable a la demolición de una casa, cuyos restos ocupan el solar.
El bien de la persona es su
crecimiento amoroso. Gracias a sus dones, a su virtud, que es el amor.
Los vicios anestesian el
deseo de que la vida crezca en unidad y entonces la sed de bien se reduce a
conatos dispersos y desconcertados.
El vicio es la parte oscura
de la experiencia moral. Es la desolación.
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