Porque utiliza solamente
argumentos condicionales: "si
A, B".
La inteligencia propiamente
dicha no es únicamente la combinación de datos, cosa que puede hacerse con circuitos
de cómputo.
La computadora no es
inteligente porque le falta una dimensión decisiva : la conciencia.
Aunque usted y yo seamos ahora
conscientes, no es fácil "pensar" la conciencia, pues la "imaginamos"
como un espejo de nuestros pensamientos, a modo reflexivo.
Pensamos la conciencia como
un volver sobre nosotros mismos y no nos damos cuenta de que el intríngulis de
la conciencia no es el "volverse" o el moverse (cosa que puede hacer
una computadora), sino el "poseer", el "tener" la idea, por
un quién.
"Alguien" se da cuenta, concomitantemente,
de lo que piensa.
La lógica abstracta o la
lógica de la inteligencia no es cuestión de geometría.
Es "posesión"
inmanente de una forma, de una idea.
El ordenador, aunque
proyecte la película "el árbol de la vida", no sabe nada de la vida.
La inteligencia se comprende
ante todo, como el tener una idea. Es la aparición del universal.
Los universales, la
"idea" de agua, no existe sino en el "quién" que la piensa.
Sin embargo, tiene su fundamento en los torrentes, en los lavaderos, en las
fuentes, en la lluvia, y en el salpicarse de las olas.
Los objetos universales se
pueden combinar, si se quiere, con argumentos condicionales. Pero las
computadoras no "tienen" universales. Les podemos proporcionar datos para
que jueguen, aunque ellas no pueden divertirse.
Al fin y al cabo, máquinas
son, computadoras.
De esto habla Polo en
"Ética". Hacia una versión moderna de los temas clásicos. 2ª edición.
Unión Editorial. p. 52.4
.
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