Tradicionalmente se entiende que el acto de ser
es prioritario a la esencia.
Cada acto de ser estaría restringido por su
esencia.
La esencia limitaría la intensidad de la perfección
del acto de ser.
El realismo filosófico exige ciertamente que lo
primero y prioritario sea el ser.
Y considerando el problema en términos de
actualidad, también es cierto que la esencia pensada, limita al ser pensado.
Polo, sin embargo, al abandonar el límite mental,
e ir más allá de la actualidad, entiende con más realismo la prioridad del ser
sobre la esencia, y no en términos de eficiencia, como si el ser
fuera un acto emergente, con una virtualidad o fecundidad "limitada"
por la esencia.
La prioridad del ser, según Polo, es de otro
orden, semejante a la finalidad.
Incluso llega a decir que el ser es finalidad
pura, es decir, sin la composición que caracteriza a la finalidad física.
Polo concede una cierta prioridad o antecedencia
a la esencia.
La esencia se activa yendo hacia adelante, hacia
la posteridad.
La posteridad inagotable es el ser. El ser no es
limitado.
Al contrario, la esencia se despliega o crece,
según su ejercicio, que mira al futuro.
Se entiende así que acto de ser y esencia sean
realmente distintos.
Y que la esencia sea "desde" el acto de
ser.
Polo "equilibra" la distinción.
He
seguido en la respuesta, y muchas veces copiado, las ideas de Juan A. García,
en su blog sobre Polo, del día 4 de abril 2010, donde hice varios comentarios.
Si
quieren ustedes leer una síntesis de la distinción real esencia – acto de ser,
vayan al principio de este blog, a la página (en rojo) ""Esencia – Ser. Su distinción"
.
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