La vida vegetativa, como la vida animal, dependen del orden del universo.
La vida espiritual, sin embargo, depende del ejercicio de la libertad.
Como el pájaro se apoya en las alas para volar en el espacio abierto de la libertad, así la persona, ser abierto, ser libre, aporta su don a su guisa, aprovechando las oportunidades que el tiempo le ofrece.
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