Cuando estoy pensando en el fuego no estoy haciendo
nada con el fuego, no estoy asando comida o fundiendo metales.
El fuego pensado no quema. Habérselas con universales
es detener la conducta práctica.
El fuego en que estoy pensando es intencional, pero no
es real, decimos los filósofos.
Pensando en el fuego se deja en suspenso la relación
con la realidad del fuego.
Gracias al pensamiento, a la actividad teórica, podré
modificar la realidad. Un arquitecto, antes de hacer un edificio, piensa un
plano.
Pensar un plano no es hacer un edificio, sino el
modelo del edificio. Y de acuerdo con el modelo, luego puede tener lugar la
actividad práctica de construirlo.
Pero la elaboración del modelo, del plano, no es una
actividad práctica, sino una actividad teórica.
La diferencia entre las dos actividades es clara: se
pueden conectar, pero de entrada son distintas.
De esto habla Polo en
"Ética". Hacia una versión moderna de los temas clásicos. 2ª edición.
Unión Editorial. p. 54.3
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