La primera caracterización
de la vida intelectual, del punto de vista biológico, es la suspensión de la
acción práctica.
Las ideas no son físicas,
no pertenecen al mundo de lo práctico.
El agua práctica, física,
es siempre particular: esta agua.
El agua pensada, no
ahoga ni calma la sed, es agua "en general", abstracta. Es un objeto
universal.
La actividad intelectual es
distinta de la práctica, llega a ideas generales, considera consistencias, como
que "el agua es agua".
De esto habla Polo en
"Ética". Hacia una versión moderna de los temas clásicos. 2ª edición.
Unión Editorial. p. 55.2
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