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No.
La esencia del universo físico se perfecciona
extrínsecamente. Pero la esencia humana crece desde dentro.
La esencia del universo es la tetracausalidad, la
unidad de orden, o dicho de otra manera, la consideración del cosmos como
perfecto.
La perfección del universo físico es extrínseca a los
elementos, a las sustancias, que lo componen.
Las sustancias naturales intracósmicas son
perfeccionadas por algo extrínseco a ellas que es la unidad de orden, dentro la
cual están.
En el sistema ecológico unas cosas tienen que ver con
otras, unos vivientes tienen que ver con otros vivientes, de tal manera que se
constituye un orden, con un valor causal (la causa final).
Cada naturaleza cumple el orden según la causa final.
La unidad de orden es común a todas las sustancias, es
la organización de todas las sustancias.
En el hombre no es así.
En el hombre la perfección se la da él a sí mismo, a
través de sus propios actos.
Es una perfección propia a cada hombre.
De ahí que digamos que la naturaleza del hombre es
esencializable, pues cada persona humana se da su perfección, esencializa lo
que ha recibido de entrada, su naturaleza.
De tal modo que no hay naturaleza humana hasta que un
cuerpo físico es esencializable (cosa que tiene lugar al constituirse los 46
cromosomas en el momento de la fecundación, o como diría Tomás de Aquino,
"desde que se constituye una "forma" humana).
En cambio, las sustancias naturales no son
esencializables, sino que son sencillamente ordenables.
La esencia humana así entendida es una esencia
superior a la esencia universo.
Lo que la distingue es su capacidad de autoperfección.
El hombre es una sustancia natural capaz de
autoperfección, en cuanto que es persona. Consigue su perfección en una
redundancia sobre sí misma (¡los hábitos!).
El hábito es la perfección de la naturaleza humana.
Al ejercer el hombre su operatividad natural entonces
adquiere hábitos: los hábitos intelectuales, o bien los hábitos de la voluntad,
que son las llamadas virtudes morales, y también incluso las tenencias
categoriales.
El hombre no es intracósmico. O mejor dichos, solo es
hasta cierto punto intracósmico. Estrictamente es extracósmico.
Cada persona constituye su esencia en una redundancia
sobre sí misma, una autoperfección que depende de su libertad.
Las sustancias naturales intracósmicas son
perfeccionadas por algo extrínseco a ellas: el orden en el que están.
El hombre se perfecciona desde su interior, desde su
libertad.
Esa autoperfectibilidad distingue la esencia humana
respecto del universo como esencia.
Correlativamente tendremos que estudiar el acto de ser
que corresponde a la esencia humana.
A la esencia del universo le corresponde el acto de ser
como primer principio.
Ahora, en el caso del hombre, el acto de ser no es un
primer principio, sino que es la persona.
La persona es aquel acto de ser cuya esencia es una
naturaleza autoperfectiva.
En el hombre la perfección se la da él a sí mismo, a través
de sus propios actos.
Pero la fuente de la perfección son los hábitos
superiores trascendentales (no esenciales): sindéresis, hábito de los primeros
principios, sabiduría y gracia. Hábitos recibidos de Dios, que no cesan.
A la superioridad de la esencia humana le corresponde
una superioridad en el orden del ser: el ser personal (con cuatro radicales que
se convierten entre sí: co-ser, libertad, inteligir, amar).
Aunque en rigor habría que decirlo al revés: porque se
trata de un ser superior, de una trascendentalidad superior a la metafísica, es
por lo que la esencia humana es superior a la esencia del universo.
De ahí que la esencia humana reciba nombres distintos
según los cuatro trascendentales personales.
Del co-ser recibe el nombre de : esencia como manifestación.
De la libertad: esencia como disponer.
Del inteligir: esencia como iluminar.
Del amar: esencia como aportar.
La
esencia de la persona humana. Notas sacadas de la conferencia dictada el
25-XI-1994 en el salón de grados Mª Zambrano de la facultad de filosofía y
letras de la Universidad de Málaga. (Miscelánea poliana nº 4, p. 39-41).
Citamos las páginas según la recopilación titulada "Antropología y
trascendencia" publicada por I. Falgueras y Juan A. García
Para saber más:
Etiqueta 1.9.2 Preguntas sobre los hábitos
Etiqueta
4.0 Esencia extramental
Etiqueta 4.1 Sustancia
Etiqueta 6.1.2 El disponer esencial
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