Porque
Polo, filósofo de la distinción (ver etiqueta 1.5.0 sobre la distinción), afirma que lo nuclear de la
creación es la distinción entre el ser increado y el ser creado antes
que la distinción del ser creado con su esencia.
Cuando
prima la consideración de la esencia, pensamos la esencia como una: un gato, un
escarabajo, el viento o la bruma. Resaltamos la unidad de los seres creados sin
darnos cuenta de que todas las criaturas dependen de Dios, es decir, son
inidénticas. O lo que es lo mismo, solas no son nada.
Solo
Dios es idéntico.
La
unidad en la criatura no es trascendental, es esencial.
En el
universo físico, como esencia, se trata de la unidad del orden instaurada por
la causa final.
En el
hombre, la unidad de su vida es precisamente su manifestación esencial, que
depende libremente de la persona (trascendentalmente es co-ser, es hijo).
Solo el
ser originario es idéntico.
Usted y
yo no somos, nada menos, que "además" de Dios.
Inspirado
en Notas y glosas sobre la creación y los trascendentales. Juan A. García
González. Miscelánea poliana nº 11. Glosa 2, p. 88. Citamos las páginas según
la recopilación titulada "Antropología y trascendencia" publicada por
I. Falgueras y Juan A. García.
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