Sí, las normas "éticas".
Las normas éticas son leyes del ser libre para ser libre.
El ser humano es un ser libre, es un ser personal,
dueño de sí, debe destinarse.
Y para destinarse necesita conocer su destino y el camino
que conduce a él. Destino que no se le impone. Libremente, cada persona debe
destinarse.
De ahí que la libertad se trueque en búsqueda de su
destino.
El hombre libre es capaz de entender su destino y el
camino.
Y, al ser libre, puede seguirlo o no.
Es aquí donde aparece la normatividad ética.
Las leyes éticas son leyes del ser libre para ser
libre, para destinarse libremente a su destino. Veámoslo:
En la medida en que se entiende y se ama
el destino, somos más libres, más dueños de nosotros mismos.
La ética descubre así dos series de nociones que son
enteramente originales del hombre libre, a saber, bien-mal, virtud-vicio.
Bien y mal no se puede decir de lo físico a no ser que
abusemos de las palabras. La explosión de una supernova no es ni buena ni mala.
Buena mesa y mala mesa o buen clima y mal clima son
acepciones secundarias.
Bien y mal son nociones estrictamente éticas que sólo
se captan si se es libre.
Por otra parte, el cumplimiento o no de las leyes
morales, modifica intrínsecamente la capacidad de realizar las acciones.
Aparecen las virtudes y los vicios.
Ya tenemos las tres dimensiones de la ética: normas,
bienes y virtudes.
Haz el bien y crecerás es la primera norma ética, la
primera norma de la libertad, del ser libre para ser libre.
De
esto habla Polo en "Ética". Hacia una versión moderna de los temas
clásicos. 2ª edición. Unión Editorial. p. 61.2, 62.3 y 63
Para
saber más:
sobre
la ley natural, ver etiqueta 6.2.0
sobre
ética, ver etiqueta 9.0.0
sobre
el bien, ver etiqueta 5.2.2
sobre
la virtud, ver etiqueta 6.2.5
sobre
la libertad, ver etiqueta 1.1.2
sobre
el destino, ver etiqueta 13.0.0
.
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