Porque al ser libre, al tener en sus manos su propio
existir, debe resolver los problemas inherentes a la libertad.
No estamos ya finalizados, no hay camino, debemos hacerlo
andando. Estamos fuera de las leyes que funcionan sin más, automáticamente.
Estamos "abiertos" a otro ámbito, el ámbito
de la libertad en el que rige la ley del amor.
La ley del amor nos obliga, pero no es de forzoso
cumplimiento. Es el ámbito del "deber", de la ética: "haz
esto", "no hagas lo otro", ¿vienes?
La norma moral comporta obligación, y obligación viene
de ligar, una vinculación que puede ser aceptada o no.
Toda mi vida es un problema: ¿Cómo le agradaré
más?
De
esto habla Polo en "Ética". Hacia una versión moderna de los temas
clásicos. 2ª edición. Unión Editorial. p. 64.3 y 65
Para
saber más:
sobre
el arranque de la ética, ver etiqueta 9.1.0
sobre
la distinción hombre-animal, ver la etiqueta 4.6.1
sobre
la conciencia moral, ver la etiqueta 9.6.0
.
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