En tanto que ingrediente de
la cultura, la religiosidad no es un asunto teórico, sino eminentemente
práctico.
La cultura consiste en
cifrar para vivir mejor, para actuar más eficazmente. Gracias a los símbolos,
al lenguaje, los pueblos se transmiten sus averiguaciones para cocinar,
festejar, saber más, curarse y prevenir…
La religión es el saber
práctico de cómo habérselas con el Poder, con la Fuente, para vivir mejor.
La filosofía, al contrario,
es teoría, de suyo no pertenece a la cultura.
La teología, al servirse de
la teoría no es tampoco una ciencia práctica.
La filosofía y la teología
descifran. La cultura (y la religión) cifran.
De esto habla Polo en el
último capítulo de "Quién es el hombre" p. 225.3
Les aconsejo ir a la página titulada "religión
y libertad" donde he intentado una síntesis de este último capítulo. Se
accede a ella por el enlace en letras rojas situado al inicio del blog.
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