El hábito "categorial".
Si el cuerpo del hombre
estuviera acabado, con pieles o caparazones y zarpas o garras, entonces sería
pura naturaleza.
En cambio, el hábito
categorial (el anillo, el sombrero, mis dedos que teclean), los útiles e
instrumentos, permiten que navegue, salude y me comprometa con mi alianza.
Es el hábito categorial
el que permite la libertad pragmática (1.1.2) del hombre.
Glosa a Juan A. García González : Existencia
personal y libertad. Anuario filosófico nº 95. 2009, p. 339
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