Según Polo, Intimidad y persona se convierten.
Pero atención, sostenemos que la persona humana es su acto de ser y no su esencia o
su naturaleza.
Por lo tanto “Intimidad” es otro modo de llamar al
acto de ser personal.
La intimidad sería, propiamente, el espacio
"interior" del acto de ser personal que permite acoger a otras
personas.
El acto de ser personal, gracias a sus aperturas,
gracias, por ejemplo, a la libertad trascendental que somos cada uno, puede
acompañar.
Hay sitio para otros. También para Dios. Podemos
acompañar a Dios. Somos además de Dios.
Esta intimidad se manifiesta a nivel esencial en que
no vivimos solos, sino en compañía.
Podemos acompañarnos a nosotros mismos en nuestra
intimidad.
Y podemos acoger a los demás.
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