Brotan del corazón humano.
El corazón humano es, en la
antropología poliana, el ápice del yo.
Concretamente, del
querer-yo.
La sindéresis (yo) conoce su
cuerpo y constituye libremente su querer.
La persona humana, el acto
de ser personal, el espíritu, no es sexuado.
Sexuada es su naturaleza.
Y la persona humana se
manifiesta libremente teniendo en cuenta su naturaleza.
Esencializa su cuerpo, si
quiere.
Es muy importante, en la
educación, aprender a ser mujer u hombre, teniendo en cuenta su naturaleza.
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