El profesor Sellés explica que “así como la fe es la elevación del intelecto personal y la esperanza lo es de la libertad personal, la caridad lo es del amor personal[1].
1. la gracia personal inicial originaria, humildad o abajamiento primero;
2. la esperanza, amanecer o alianza primera;
3. la fe, alumbramiento o luz primera;
4. la caridad o arrullo.
[1]
“La dimensión amorosa elevada a culminación la debemos evidentemente al
cristianismo. Desde su ápice divino, el don del amor es operante”. Polo, L., La originalidad de la concepción cristiana de la existencia, 250.
“Y como Él es omnipotente y misericordioso, otorga a nuestro amor una altura elevada
a la de Él, sin la cual nuestro amor no sería nada, porque no valdría para Dios”.
Persona y libertad, 251; “la
dimensión amorosa, elevada a culminación, la debemos evidentemente al
cristianismo”. Filosofía y economía,
229. “El acto de ser humano es elevado por otros ‘habitos’ que no son ni
innatos ni adquiridos, sino efundidos. Se trata de las virtudes sobrenaturales (fe, esperanza y caridad)”. Ibid., 223, nota 49. “El hábito humano
superior es la amistad, la elevación al amor de caridad es expuesta por Tomás
de Aquino”. “Itinerario de la razón a la fe”, pro manuscripto, 3.
[2]Polo,
L., Antropología trascendental, 413,
nota 71.
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