Las virtudes teologales, según Polo, son elevaciones de los
distintos trascendentales del acto de ser personal humano.
No olvidemos que hay una fe “transcendente” (elevación natural) y una fe
sobrenatural (anticipación de nuestro “ver” en el Cielo).
Por lo tanto, y desde la inconformidad del profesor Sellés,
las elevaciones de los distintos trascendentales personales pueden ser
transcendentes y sobrenaturales (éstas, las sobrenaturales, se corresponden con
las virtudes teologales clásicas de la teología).
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