He aprendido del profesor Sanguineti varias distinciones que me
permiten entender cómo la Providencia
divina gobierna la Historia.
Y entre estas dos nociones se encuentran los favores. Si con la tecnología podemos cambiar, sirviéndonos de las leyes naturales, el curso de la historia (inventar el internet y la bomba atómica), mucho más Dios interviene en nuestro favor, sin alterar sus leyes, combinándolas y sirviéndose de ellas.
Los milagros pueden ser verificados. Los favores no, pues no cambian las
leyes, simplemente se sirven de ellas con inteligencia divina, para darnos lo
que nos conviene.
Una consecuencia clara es que si yo rezo, Dios puede acordarme lo que le
pido, como un favor, o como un milagro, incluso si, tonto de mí, lo considero
solamente una casualidad, olvidando que las casualidades también han sido
queridas por Dios, es un regalo de Dios (sonó la flauta por casualidad, querida por su Providencia).
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