.
Lo suele ser.
Los pensadores medievales decían que tienen más
"humores".
Tienen más facilidad para llorar, reír, soñar, y
para cambiar rápidamente. Suspirar.
Es como si tuvieran el alma muy pegada al cuerpo.
De ahí que puedan dar color, aunque no todas, a lo
concreto, con agudeza, matizando.
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