Los animales viven al servicio de la especie.
Son macho y hembra sólo para la generación.
La hembra existe para poder continuar la especie.
Sin embargo, y esto es grandioso, la diferencia entre
el varón y la mujer no es meramente sexual.
Lo humano se realiza de distinta manera según lo
masculino y lo femenino.
La mujer no existe solamente para continuar la
especie, para tener hijos.
La diferencia entre la mujer y el varón afecta a lo
natural y a lo psíquico, a lo sentimental ligero u hondo, a la manera de pensar
y de querer, al modo de manifestarse la persona.
Por eso hablamos de tipo femenino y tipo masculino.
Esta es la primera distinción típica de la humanidad,
la primera modalización de la especie humana, del punto de vista social.
Eso no quiere decir que el ser mujer o el ser varón
caracterice absolutamente a la persona humana. Cada persona humana es un tipo
completo y lo que la caracteriza es su don entero, su vida cabal, lo que Dios
espera de ella y no el modo (femenino o masculino) de realizarla.
Lógicamente, querer hacer algo bien, al modo femenino,
cuando se es varón, es un despropósito, a lo más un juego. Probablemente una
pérdida de tiempo (aunque pueda recuperarse ya que incluso nuestros desvaríos
más absurdos son ocasión para añorar más el hogar).
Para que el don sea cabal, la mujer deberá esforzarse
para realizarlo al modo femenino y el varón al modo masculino. Si no, es como
querer correr a la pata coja. Aunque nos divierta.
Para
saber más:
6.1.0 especies y tipos;
1.11.0 mujer
.
4 comentarios:
Si bien entiendo lo que dice Polo sobre los tipos, me queda oscuro que no haya una distinción en la persona que sea proporcional a su vocación tipológica. Si la persona fuera esférica, no tendría sentido hacerle dos habitáculos uno cuadrado (para el varón, por ejemplo) y uno triangular (para la mujer, siempre desde un ejemplo). Es más lógico que la persona sea tan congruente con su tipología como la esencia adquirida lo es a la naturaleza heredada. A estas últimas Polo las define coherentes entre sí y esta misma coherencia la veo más lógica también desde la persona hacia su naturaleza. Por eso lo que Dios se espera de la persona es el desarrollo de aquello que le ha dado como punto de partida, y éste es siempre la persona y su extensión inseparable. Ésta, la persona, se expresa en una doble tipología o modalidad precisamente porque ya posee la capacidad de teñir con dicha distinción (esto es, la de varón o mujer). La persona no será sexuada al mismo modo que lo es el cuerpo, ni tampoco al mismo modo del alma, pero eso no significa que no tenga distinción alguna en su entitatividad, en su ser más íntimo. Además, lo que sí no se puede absolutamente negar, en mi humilde opinión, es que aunque la persona no tuviera esta doble modalidad en su origen, al vivir y crecer en una tipología, no terminara forjándose en ella. De hecho persona y alma vienen a ser siempre un conjunto inseparable, y aunque el cuerpo tenga un camino distinto (pero no el fin) la tipología del alma no tiene sentido sin la persona a ella siempre acoplada. Creo que mi intimidad más profunda, mi persona y co-ser, será tan varonil y masculina ante Dios después de la muerte que lo que lo es ahora, ganando en plenitud y ampliación, pero sin restas ni 'menosidades'.
Gracias por estas píldoras que nos ayudan a seguir el camino de reflexión que tanto proponía continuar Polo.
Next move is the best.
Amigo Diego, a mi entender cada persona es un tipo.
El tipo radical es el acto de ser personal. A este nivel no hay ni hombre ni mujer. Es cada persona. Cada quién.
La persona "se manifiesta" en la medida en que va "esencializando" su mundo, a partir de su inserción en el universo físico. Es en esta inserción donde aparece, de entrada, la sexualidad.
En la medida en que sabemos esencializarla somos más hombres o más mujeres.
Entiendo la postura, es la propuesta de Polo. Sin embargo sigo reflexionando en la línea expuesta y que Polo ha trabajado muy poco dejando a otros el testigo de su mayor esclarecimiento. Varón y mujer no puede ser sólo una tipología desde la esencia. Creo que la persona esencializa en dos tipologías porque puede hacerlo desde sus dos modalidades. Estas son propias de la vocación de cada quién en cuanto llamado a una vocación desde la paternidad o desde la maternidad. Cuando Dios pensó en nosotros nos pensó en cuanto varones o mujeres, con una intimidad dualizada y un proyecto concreto. Por lo contrario se debería poder presentar el caso de que la esencialización fuera tan diversa como diversa es (aunque lo propio es decir "única") la persona. Si la persona es única, no se entiende (excepto por la evidencia manifestativa) que se exprese sólo en dos modalidades. ¿Por qué no más? Esta coherencia la entiendo mejor desde el origen del ser o desde lo más radical que desde una mera expresión esencial.
La persona, radicalmente es hijo. Su dualidad más intima es su filiación divina.
Efectivamente Dios nos piensa como mujeres o varones, pero desde nuestra inserción en el universo.
En Dios no hay hombre o mujer.
Si se expresa en solamente dos modalidades manifestativas es precisamente por ser dual.
Yo lo veo así. Muchas gracias.
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