Porque la persona se "abre" precisamente porque es dual. Se abre al desdoblarse con sus hábitos.
El ser primero, que es la persistencia del universo, es sencillo, no está abierto y no se abre, no coexiste, no se desdobla.
El ser segundo (la persona humana) sí se desdobla, es dual. Y es esa dualidad la que le hace abrirse "hacia fuera" y "hacia dentro", coexistiendo con los demás y en Dios.
Son los hábitos superiores los que permiten que la persona sea dual. "Abren" a la persona, digámoslo esquemáticamente, "hacia fuera" (sindéresis y hábito de los primeros principios) y "hacia dentro" (sabiduría y gracia).
No es bueno que el hombre esté solo.
Para saber más sobre el ser primero y ser segundo ver la Etiqueta 1.1.1
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