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Para los griegos la voluntad es potencia, imperfección, deseo de lo que no se tiene.
Esa voluntad se perfecciona con las virtudes. El hombre virtuoso, el hombre generoso, llega a actuar con desinterés, por amistad.
El hombre virtuoso ha conseguido la "hiperformalización", se ha mejorado. Goza al ser bueno.
La antropología cristiana, sin embargo, abre nuevos horizontes.
La dimensión íntima del hombre que los cristianos anuncian, la dimensión que hace que el hombre sea persona, es capaz de aceptar y dar, añadiéndose a la vida, otorgando su canto.
La voluntad entonces no sólo se hiperformaliza, sino que se hiperteleologiza, es decir, puede otorgar bienes que no están en potencia en la naturaleza, sino que son inventados por la libertad.
Ése es su canto.
La voluntad no es sólo deseante, sino que es íntimamente donante. La persona da sin perder. Canta.
Glosa a Leonardo Polo. Tener y Dar. En "Sobre la existencia cristiana" p. 130.3
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2 comentarios:
La voluntad humana busca el bienestar propio, eso significa que es exclusivamente deseante.
Es cierto que en muchas ocasiones una persona vea que para sentirse mejor consigo mismo debe ayudar a otros. Por ejemplo, te sientes bien al ayudar a un amigo a hacer una mudanza aunque eso te destroce los riñones; das dinero a un mendigo para evitar tener remordimientos o porque sabes que sentirte "mejor persona" te ayuda a estar en paz contigo mismo.
Sin embargo el fin último de estas acciones es el propio bienestar, no el ajeno. Cuando damos es para obtener algo a cambio.
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Has caracterizado bien la noción clásica de voluntad : imperfección, deseo de lo que falta.
Si es así, no puede haber voluntad en Dios.
Pero los cristianos sabemos que Dios es Amor.
Desde esa perspectiva, pasando por Occam, Duns Escoto e incluso maister Eckhart, se intenta quitar "racionalidad" a Dios.
La polémica sobre el amor puro, entre Fénélon y Bossuet se encuentra con esa aporía : el amor es siempre interesado, no existe el amor puro.
Cuando los hombres hacen el bien, es buscando su provecho.
Es en este punto, donde la filosofía de Polo es innovante : si Dios es Dar, la persona humana es también principio de dación. Se añade, libremente, por amor.
Eso no quita que busque también su provecho, pero radicalmente hay algo nuevo que se añade. Es el dar sin perder.
Un ejemplo : cuando has entrado en mi blog quizá te movía el interés de ser votado en el concurso de blogs.
Sea lo que fuere, me has hecho un regalo al interesarte. Me has dado algo independientemente de lo que busques. Tu voluntad no es sólo deseante. Al ejercerla te comprometes. Has manifestado algo de tu dar.
Y además te he votado : en cultura y diseño.
Por qué ?
Porque me ha dado la gana.
Los cristianos llamamos a eso, vida interior. Es también contemplación, manifestación de amor.
Atentamente
Joseph Kabamba
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