Según Solomiewicz, la dualidad radical de la
persona humana es el nacer-destinarse (yo
prefiero decir nacer-destinándo.se).
Pues bien, llamamos creación primera a la creación
del ser del universo físico, que será habitado por las personas en la medida en
que lo acepten.
Y llamamos creación segunda a la creación de la persona
humana como libertad de destinar su mundo.
Esta creación segunda es la llamada inicial (o gracia inicial) pues nos hace libres.
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