Llamamos progreso
solitario al progreso que se queda en la inmanencia.
El lema “libertad,
igualidad, fraternidad”, puede estancarse en la inmanencia.
Puede quedarse en
espíritu del mundo.
El lema revolucionario es
más bien: “Filiación, Distinción, Amistad”.
Al progresar podemos
depender más de Dios o podemos aislarnos de Dios.
El aislamiento no es otra
cosa que el progreso solitario de la humanidad.
Un progreso que mira al
resultado.
Mejor que de progreso,
hablemos de crecimiento.
El crecimiento no mira al
resultado, sino al Amor.
Si hay más Amor. Si hay
más correspondencia al Amor, vamos descubriendo ese algo divino encerrado en
las cosas.
El ideal modernista del
progreso piensa que todo está ya escrito y que se conquista con la
inteligencia.
Pero la Felicidad está en
el Amor transcendente, y no sencillamente inmanente. El crecimiento no está
escrito.
Dios se revela en los
pasitos que damos.
Creer que ya poseemos el
futuro es el error del progreso solitario de la humanidad.
El futuro no
desfuturizado, sin embargo, depende del
Origen.
(No debemos comer del árbol
de la ciencia del bien y del mal, pues no somos dioses).
Comamos del árbol de la
Vida. Aprendamos a bailar con Dios.
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