Distingamos
entre el acto de ser del universo físico y el acto de ser de la persona humana.
El
acto de ser del universo físico se sobrepone al tiempo.
El
acto de ser de las personas alcanza el futuro sin desfuturizarlo.
Expliquémoslo:
Las
criaturas comienzan a ser.
“Existir”,
en tanto que acto de ser, consiste para ellas en ejercer una actividad distinta
de su despliegue o de su manifestación esencial.
Una
actividad dirigida a permanecer en el tiempo, orientada hacia después.
Existir
no es solamente ser ya, estar aquí, ahora; sino que la existencia incluye una tensión hacia el futuro, más o menos
intensa según los distintos seres existentes.
Y como no es lo mismo simplemente existir, que coexistir, pues existir es
lo que hacen las cosas, y coexistir es lo propio de las personas, la actividad de
existir de las cosas será también distinta de la actividad de coexistir de las
personas.
Las distinguiremos así: Lo propio del universo físico, lo propio de las
cosas, es existir, persistir, seguir de antes a después, sobreponerse al tiempo
(vale decir: durar; es una actividad que nunca alcanza el después, y por eso
continúa siempre; en cambio, el ser humano, por coexistente, sí posee el futuro
y es inseparable de él; lo conoce y lo espera, cuenta con él y se proyecta
libremente hacia él.
Alcanza el futuro, pero sin desfuturizarlo.
Ideas del
“compendio” de Antropología “el hombre como persona” de Juan A. García
González.
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