Sí. Lo más relevante de
lo humano es su intimidad.
Claro está, entendida
como la característica del ser personal, que se distingue del ser de la creatura
cósmica, por estar abierto por dentro.
La intimidad es un cierto
vacío interior, no sólo porque puede recibir, sino sobre todo porque puede dar.
La intimidad es así la raíz de la dación.
Y no sólo de la donación,
sino también de las demás manifestaciones de lo humano, ya sea a nivel
corporal, sensitivo, apetitivo, sentimental o también para el lenguaje, el
trabajo, la cultura, la técnica, la economía…, vamos, que el ser personal,
intimidad en tanto que co-ser, no es otra cosa que la razón de nuestra dignidad.
De esto habla Juan
Fernando Sellés en su libro "Antropología de la intimidad", p. 13
.
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