Ser persona es una intimidad que no se queda cerrada.
Es una intimidad en apertura, que siempre vuelve a
brotar.
Una apertura que se desborda, siendo efusiva.
La persona humana rebrota, es una intimidad abierta.
El hombre no se reduce nunca a sí mismo, es siempre
además. Es adverbio.
La adverbialidad es precisamente la intimidad.
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