Lo es tanto que sin ética no habría vida "humana".
Un animal puede vivir sin ética, le basta dejarse
llevar por el instinto.
Lo que un pájaro hace, o un cuervo o una golondrina,
propiamente no debe llamarse acción. No introduce ninguna novedad en el
universo. Su movimiento es como el del viento o el de los ríos.
Comparado con un hombre, un animal es un ser inerte;
el hombre es un ser muchísimo más vivo y está llamado a la acción; su
vida no le está simplemente dada, sino que la tiene que encauzar activamente
(eso es la ética); de lo contrario se extingue.
Comparada la actividad humana con la de un animal, se
da uno cuenta de que el animal obedece siempre la ley del mínimo esfuerzo. Por
ejemplo, un león no se levanta más que para comer. Y si no, está tumbado y no
hace más; se levanta para comer y beber o para procrear, y el resto del tiempo
¿qué hace?, nada, porque, en rigor, el león no "hace" nada.
El único que hace algo es el hombre.
La ética tiene que ver directamente con la vida
humana, es decir, con la actividad humana. El hombre debe actuar para
vivir.
Si no se entiende el profundo valor vital de la ética,
se pensará que si las leyes éticas no se respetan o se descartan, no pasa nada.
Pero sí que pasa.
De
esto habla Polo en "Ética". Hacia una versión moderna de los temas
clásicos. 2ª edición. Unión Editorial. p. 42.2
Para
saber más:
sobre
la vida humana, ver etiqueta 6.1.0 vida humana
sobre
la ética, ver etiqueta 9.0.0
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