Polo
tiene un epígrafe consagrado a la congruencia en "Presente y futuro del
hombre" p. 126.2.
"Propongo
llamar "congruente" al
acto que logrando una forma, en estricta contemporaneidad con esa forma, no es
menor que ella.
Congruente
es el acto que no es menor que la forma que logra."
Noten
que no estamos aquí en consideraciones físicas en las que, por ejemplo, cuando
tenemos la casa, ya cesó el acto de edificarla.
Al
conocer, seguimos conociendo. Lo conocido es congruente con el conocer.
Existe
coincidencia y separación entre el conocer y lo conocido.
Nuestro
entendimiento entiende formando y formando entiende.
Si
no forma no entiende, pero formando entiende.
La
congruencia (el mantenimiento de la separación y su coincidencia) (la dualidad
o co-acto) es el signo y requisito más
alto de la verdad, muy por encima de la mera no contradicción, o mera
pensabilidad (Falgueras).
La
verdad se desvela congruentemente. Manteniendo la separación y la coincidencia.
El
filósofo busca una mayor congruencia entre método y tema (Rojas)
El método es siempre un acto cognoscitivo
en dualidad con su tema.
El método es el modo de acceso a los temas.
El método se dualiza con el tema, por lo
que tampoco se puede considerar el método aislado. No cabe la consideración
aislada del puro método.
La
congruencia más profunda en la persona humana es precisamente el Inteligir personal (la persona como
inteligir) que se dualiza o desdobla gracias al hábito innato de sabiduría.
Esta actividad intelectual humana, dual en su raíz,
la denominamos "congruencia" o "conveniencia dinámica".
Existe congruencia entre el método del Inteligir
(hábito de sabiduría) y su tema (la persona como Inteligir).
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario