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La palabra "real" y la palabra "realidad"
vienen del latín res, "cosa".
"Cosa", para los medievales, es un
trascendental que equivale a ente. Todo lo que existe, todo lo real, es
"cosa".
(No explicamos aquí por qué
Polo descarta "cosa" de la lista de los trascendentales. Lo que nos
interesa ahora es solamente indicar el sentido que damos a la palabra
“realidad” o “real”).
Lo real es lo que es, pero con un matiz
importante: todo lo que es, aunque yo no lo piense. Irreal es el objeto pensado.
Cuando decimos "real" queremos decir que una
cosa "es" fuera de "mi" mente al pensar. Es, aunque
yo no la piense.
No es real un ente de razón, como la "nada".
Porque la "nada" solamente existe en la mente.
No es real el objeto intencional.
Real, sin embargo, es el acto de conocer que se coactualiza con el objeto intencional
(éste sí que es irreal) poseyendo así, intencionalmente, la semejanza de las
cosas.
Aristóteles (etiqueta 20.4.3) distinguió dos sentidos
de lo real: pues no es lo mismo la
realidad de una montaña que la realidad del “acto de conocer” (etiqueta 2.0.1).
La sustancia, por ejemplo, una montaña, es un ser en
sí, una realidad en sí. Su ser es "sencillo", fuera de mi mente.
Mi "conocimiento" de la montaña también es
real, pero su ser no es como el ser de la montaña. "Realea"
(Falgueras) de modo distinto.
El ser del "conocer" es una apertura que
acoge otro acto en su interior. Es acto de acto. Es un hacerse otro. O, a nivel
trascendental, convertirse en otro (ser hacia otro).
La filosofía posterior ha ido perfilando los distintos
sentidos de lo real, por ejemplo, la
realidad del universo o acto de ser del universo no es lo mismo que la realidad del ser personal.
Entonces :
Dios es real,
las personas son reales,
el conocer es real,
el mundo es real.
Pero son reales de distintos modos. El ser se dice de muchas maneras.
Irreal es sólo el objeto del
pensamiento, que es intencionalidad pura y los entes solo de razón,
como la "nada".
El acto de conocer, acabamos de decirlo, es real, en
un sentido de la realidad distinto del sentido que tiene la realidad física.
Los tomistas actuales le suelen llamar "ser veritativo".
Por ejemplo, si usted está pensando, está actuando
fuera de mi mente, pero es un estar fuera de mi mente distinto al modo de estar
una montaña.
Y si usted está mirando un paisaje, los colores que
está "sintiendo" son reales, en usted, de modo distinto a como es
real la luz física (que es, digámoslo así, "movimiento de fotones").
Para pensar, el entendimiento, que es real, pero no
como una montaña, forma el objeto, que
no es real. (El objeto, siendo irreal, remite a la realidad extramental. Es lo
que se llama "intencionalidad" del objeto).
El objeto, lo pensado, no es una realidad en sí, es
“en” el acto de pensar.
Ése tener un "en", una interioridad
distingue la realidad del entendimiento de la realidad de una montaña.
El acto de pensar es acto que no es sencillo, es un
acto abierto, que posee intencionalmente.
En sí, el objeto es irreal, su ser es solamente
remitir a la realidad extramental, que si es, por ejemplo, una montaña, será
una realidad sencilla, distinta de la realidad del acto de conocer.
Para saber más sobre la intencionalidad ir a etiqueta 2.2.0
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