En la filiación.
El hombre no puede hurtarse de su carácter de ser "generado"
(que no es lo mismo que fabricado o emanado).
No puede soslayar su carácter de "generado" o
sustituirlo (no olviden que persona creada es relación subsistente dependiendo
siempre de su Origen).
Dependencia libre, claro. Ser hijos no es ser
cachorros, ni lechugas.
Uno de los fenómenos más notorios de las ideologías
modernas es el no querer ser hijo, el considerar la filiación como una deuda
intolerable. (Querer ser, como Dios, una relación simplemente subsistente).
Son ideologías desorientadas.
¡Con lo bien que se vive teniendo una estrella!
El hombre siempre es interpelado por la cuestión de su
origen. La identidad personal es indisociable de reconocerse hijo.
De
esto habla Polo en "Ética". Hacia una versión moderna de los temas
clásicos. 2ª edición. Unión Editorial. p. 68.
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